Chile y EE.UU., socios estratégicos para la economía del futuro

El Mercurio

Columna del día

Martes 10 de julio de 2018

Con mucha satisfacción puedo señalar que la relación bilateral entre EE.UU. y Chile avanza de manera sostenida en todos los aspectos y, en particular, en el ámbito de las ciencias, la tecnología y la innovación. Es allí donde nuestra colaboración muestra grandes frutos y toma muchas formas; desde la investigación básica y aplicada al intercambio universitario y posdoctoral. Chile es un laboratorio natural donde la investigación se extiende desde los cielos oscuros del norte, a los musgos y líquenes de la región subantártica, desde la sismología a la oceanografía. Chile ha sabido poner valor agregado en nuevas áreas de la investigación como la robótica, la energía limpia, el Big Data y la neurología.

Desde que llegué a Chile, he sido testigo de la búsqueda permanente que aquí se desarrolla por aumentar las capacidades en ciencia, tecnología e innovación. He conocido a una diversidad de personas que poseen aptitudes y facultades para impulsar el posicionamiento de Chile en la economía del futuro. Sin embargo, noté la necesidad de crear un espacio de diálogo entre todos los sectores para lograr una colaboración más expedita y efectiva. Por ello, en marzo pasado creamos el nuevo Consejo Chile-EE.UU. para la Ciencia, Tecnología e Innovación, que nace como una forma de colaboración inédita y novedosa. El Consejo es un foro de encuentro para compartir experiencias y conectar a los sectores público, privado y académico para avanzar en políticas y programas destinados a impulsar la innovación y el crecimiento económico sustentable de nuestros dos países.

Más de cincuenta colaboradores voluntarios integran este consejo, los que ya están trabajando en identificar las experiencias y ejemplos exitosos que se hayan implementado en EE.UU. y Chile. Entre sus integrantes contamos con actores clave del quehacer chileno, así como con universidades y empresas estadounidenses, entre las que figuran instituciones prestigiosas como MIT, UC Davis, Harvard y Columbia, además de compañías de renombre como Amazon, Pfizer y Freeport McMoRan Copper & Gold, por nombrar solo algunas.

El Consejo está abordando tres áreas de trabajo, donde un grupo se enfoca en identificar las mejores políticas y programas que permitan encauzar una economía de la innovación; el segundo se aboca a conocer las experiencias sobre transferencias tecnológicas, de modo de agilizar el proceso desde la etapa de la investigación a su comercialización; y un tercero está orientado al ámbito de la educación, con el fin de que se levante una fuerza laboral capacitada para enfrentar la economía del futuro.

La experiencia mundial nos muestra que una política óptima de largo plazo es aquella que promueve el gasto y la inversión en I+D, y que crea y transfiere conocimiento y tecnología en el marco de un compromiso público-privado. Esta colaboración virtuosa es la que permite que la investigación genere desarrollos tecnológicos, que luego se comercializan y crean valor para la economía y la sociedad. La experiencia de EE.UU. ha mostrado que, por cada dólar invertido en ciencia, tecnología e innovación, se generan 9 dólares en promedio de impacto en la economía y en calidad de vida.

En ese sentido, la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación es una medida estratégica para un Chile que se posiciona como un líder en una economía global exigente, que nos requiere ser más competitivos, agregar mayor valor a los procesos y formar una fuerza laboral más innovadora. Como lo he señalado en diversas oportunidades, Chile es un punto de referencia para el hemisferio, y un país donde tenemos conversaciones sofisticadas en estos y otros ámbitos.

Por todo lo anterior, trabajar con Chile como socios en la ciencia, la tecnología y la innovación es una de nuestras prioridades y entiendo que también lo es para el gobierno del Presidente Piñera, quien, con ocasión de la creación del Consejo, nos ratificó su interés por seguir avanzando en esta colaboración. En esa línea, deseo extender una invitación a unirnos y ampliar nuestra cooperación para el beneficio mutuo de nuestros pueblos.

Carol Z. Perez
Embajadora de Estados Unidos en Chile