Declaración de la embajadora Nikki R. Haley sobre el Día Mundial de los Refugiados

Esta traducción se proporciona como una cortesía y únicamente debe considerarse fidedigna la fuente original en inglés.

“Como esposa y madre, es difícil imaginar el terror profundo que lleva a las familias a dejar sus hogares para enfrentarse a lo desconocido. Todos los padres sirios refugiados que conocimos durante nuestro viaje a Jordania y Turquía querían para sus hijos las mismas cosas que deseamos nosotros: un lugar seguro donde dormir, una buena educación y la oportunidad de un futuro mejor. Nos pidieron que transmitiéramos sus testimonios de supervivencia, resistencia y esperanza de volver a casa.

“Estados Unidos brinda más ayuda humanitaria que cualquier otro país, pero el dinero, por sí solo, no es suficiente: debemos además trabajar para terminar con los conflictos que impulsan a estas personas a huir de sus casas, y que están devastando a sus países. Si bien es mucho el trabajo que tenemos por delante en la ONU, los refugiados del mundo y los países que los acogen deben saber que pueden seguir contando con que los Estados Unidos tendrá un rol de liderazgo”, destacó la embajadora Haley.

El año pasado, Estados Unidos destinó US$ 7.000 millones a la asistencia humanitaria en todo el mundo, y trabajó en colaboración con socios clave como la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (WFP), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), International Rescue Committee y Save the Children.

Actualmente, la ONU y otras agencias humanitarias están trabajando en más de 130 países, brindando asistencia y alimentos indispensables para la supervivencia, alojamiento, educación y atención médica de emergencia a millones de refugiados, incluidos 3,4 millones de personas que se convirtieron en refugiadas tan solo en el último año.

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