Proclama presidencial con motivo del feriado de Martin Luther King, Jr.

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En 1965, el Dr. King (al centro) encabezó en Alabama una marcha de 80 kilómetros de recorrido, en protesta contra las leyes de discriminación para la inscripción de votantes. (© AP Photo)

Todos los años, Estados Unidos elige un día para recordar a un gigante de la historia de nuestro país y uno de los pioneros del movimiento de los derechos civiles.

Durante su lucha de por vida por la justicia y la igualdad, el reverendo Dr. Martin Luther King, Jr., dio potente voz a las esperanzas que abrigaban millones de personas, ofreció un camino de redención para los oprimidos y opresores por igual, y dirigió al país a la cima de la montaña. Tras los barrotes de una celda de la cárcel de Birmingham, nos recordó que “la injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes”.

En un caluroso día de verano, bajo la sombra del Gran Emancipador, desafió a Estados Unidos a que hiciera valer la promesa de su fundación, y pidió a todos los amantes de la libertad que caminaran junto a sus hermanos y hermanas.Cuando celebramos el 50. º aniversario de la Marcha en Washington por el Trabajo y la Libertad el pasado agosto, se pudo comprobar la profundidad del valor y el carácter reunidos en el Paseo Nacional aquel día.

Rendimos homenaje a todo el que marchó, sangró y murió por los derechos civiles. Y celebramos las grandes victorias de la segunda mitad del siglo pasado, a saber: las leyes de derechos civiles y del derecho al voto; nuevas oportunidades en las aulas y en la fuerza laboral; un país más justo y libre, no sólo para los afroestadounidenses, sino para todos nosotros. También recordamos que nuestro trabajo no ha concluido.

Es nuestra tarea consolidar los logros de las generaciones pasadas, cuestionar los nuevos obstáculos al voto para garantizar que el peso de la justicia sea el mismo para todas las personas. Y tenemos que avanzar en otra de las causas fundamentales, tanto para la carrera del Dr. King como para el movimiento por los derechos civiles: la dignidad de un buen empleo, salarios decentes, educación de calidad y un trato justo.

Debido a que la promesa de Estados Unidos no es sólo la ausencia de la opresión, sino también la presencia de oportunidades, debemos hacer de nuestro país un lugar donde cualquiera que esté dispuesto a trabajar con empeño sea admitido en las filas de una clase media pujante y en ascenso.

El Dr. King nos enseñó que “una persona no ha empezado a vivir hasta que pueda superar los estrechos confines de sus preocupaciones individualistas para enfocarse en las preocupaciones más amplias de toda la humanidad”. En honor a ese espíritu, estadounidenses de todo el país participarán en un día de servicio.

Al prestar voluntariamente nuestro tiempo y energía, podemos crear comunidades más fuertes, más sanas y más resistentes. Dejemos hoy a un lado nuestras ambiciones estrechas, apoyémonos los unos en los otros, y marchemos un poco más cerca de ser el país que el Dr. King anhelaba.

AHORA, POR TANTO, YO, BARACK OBAMA, presidente de los Estados Unidos de América, en virtud de la autoridad de que me invisten la Constitución y las leyes de Estados Unidos, proclamo por la presente el 20 de enero de 2014 Día de Martin Luther King, Jr. feriado federal. Insto a todos los estadounidenses a observar este día por medio de proyectos cívicos, comunitarios y de servicio en honor del Dr. King y a que visiten www.MLKDay.gov para encontrar proyectos del Día de Servicio Martin Luther King, Jr. en todo el país.

EN FE DE LO CUAL, suscribo la presente este décimo sexto día de enero del año de Nuestro Señor dos mil catorce y ducentésimo trigésimo octavo de la Independencia de los Estados Unidos de América.

BARACK OBAMA